GUÍA ILUSTRATIVA DE SOLEDAD
13/1/1977
Detestaban a mis oídos sus quejas, ceñían su nombre en las tristes comisuras, pero prefería escapar, llorar, escapar.
Llorar: Emanar tristezas por el conector vital.
Escapar: No desear la muerte. En algunas mentes, vomitar el sueño.
Y comencé a correr hacia la vida, lo hice sin saber si en algún momento lograría llegar al fin, aunque desconfiando de mi último suspiro clamando al dios que hurgaba en la silla de razón, comprendiendo un poco más aquellas miradas increíbles que surgían del cerebro, y casi sin conocer mucho sobre los tontos consejos.
Correr: sistema de empaque.
Suspiro: coloración auténtica de la muerte.
Dios: viento de increíble fatuidad.
Razón: testigo inaudito de toda malicia.
Vida: sector indicado con flechas rojas.
Consejos: flechas rojas.
Alguien no sabe mi nombre y, sin embargo, sé impedir las palabras que me hacen daño. Sé evocar los silencios, uno por uno, hasta encontrarlos muertos, supe describir el sol sin internarme en laberintos futuros, sin llorar la sombra de tu idiota máscara en el sótano letal de la ignorancia.
Nombre: ciudad natal de las mentes.
Palabras : trozos de tuerca metálica.
Daños: Dios de la serenidad.
Silencios: partes separadas de una embarcación.
Muertos: sonidos imperceptibles.
Laberintos: encuentros entre seres mitológicos.
No es importante, es una banalidad inútil y despreciable sin embargo, lo es y eso tiene su mérito.
Aquél no existe ni es interesante, éste y ése son puntos cardinales de la mentira. El olvido debe seguir, es como un camino rodeado de sauces que descargan sus ramas sobre el río oscuro.
Importante: Camino rodeado de azul.
Interesante: Ser petrificado.
Mentira: pequeña mesa de patas caseras.
Seguir: hacer globos con los dedos.
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